Gracias Toño por comentar este artículo. La perseverancia y tenacidad de Santa Mónica lograron forjar la santidad de su hijo y la suya propia. Este género de mujeres es el que falta en la Iglesia, a veces los templos se llenan de mujeres que rezan mucho pero no hacen nada en casa, olvidan sus obligaciones y tienen un falso escape con la religión. Definitivamente a mi criterio el nombre de Santa Mónica se ha grabado con oro y fuego en la historia de la Iglesia.
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